Esto podría ser un debate interesante, pero lo que queremos explicarte en este artículo realmente es la principal diferencia entre ambos conceptos y cuando podemos considerar más útil aplicar un concepto u otro.
Es habitual que en el uso cotidiano de estos dos conceptos se confundan, en muchos entornos se usan indistintamente para referirse al trabajo desarrollado por personas o a resultados obtenidos. Sin embargo, la realidad es bien distinta, no es lo mismo ser eficiente que ser eficaz.
Si aplicamos estos conceptos al trabajo diario en una empresa adquieren una relevancia especial. Esto es así porque no es igual hablar de un trabajador eficaz que un trabajador eficiente. Hablar de eficacia hace referencia a desarrollar una determinada tarea en un determinado plazo y cumplir los objetivos marcados. Si un trabajador tiene encomendado desarrollar 4 informes en 3 horas, y finalmente cumple el objetivo podríamos decir que ha sido eficaz.
Sin embargo, cuando hablamos de eficiencia estamos incorporando una variable adicional en la ecuación, se trata del ahorro. Un trabajador que es capaz de desarrollar la misma tarea que otro, pero con un ahorro máximo en recursos será un trabajador eficiente y no eficaz. Volviendo a nuestro ejemplo, si a otro trabajador le pedimos lo mismo, es decir, desarrollar 4 informes en 3 horas, pero este trabajador finaliza el trabajo en 2 horas en lugar de 3, diremos que ha cumplido el objetivo y que ha sido eficiente. Esto es así porque, aunque ha desarrollado el mismo trabajo que le otro trabajador ha conseguido ahorrar en un recurso, el recurso tiempo.
Si tienes tu propio negocio y quieres optimizar tus recursos deberías tratar de ser más eficiente que eficaz.
De esta forma, al segundo trabajador le ha sobrado una hora en la tarea de elaborar informes. Para una empresa, ese ahorro puede suponer un ahorro en costes ya que ahora el segundo trabajador puede dedicar ese tiempo a un nuevo proyecto. En el segundo caso, el trabajador segundo resulta más rentable para la empresa que el trabajador primero.
Como puedes comprobar la diferencia entre estos dos conceptos es bastante importante y tiene bastantes implicaciones en un entorno empresarial. Por ello, si tienes tu propio negocio y quieres optimizar tus recursos deberías tratar de ser más eficiente que eficaz. Esto es especialmente llamativo cuando los recursos son escasos, que es lo que habitualmente ocurre a los emprendedores y emprendedoras.
Es un concepto trasladable a tus clientes y a tus proveedores. Para tu un proveedor más eficiente te ofrecerá el servicio en menos tiempo o te dará más resultados en el mismo tiempo frente a otro proveedor eficaz. Sin embargo, es algo que puedes elegir a la hora de desarrollar tu actividad, tu que prefieres ¿ser eficiente o ser eficaz?
No olvides que ambos son conceptos positivos, ambos dan un buen resultado, pero el factor ahorro de recursos es importante. Imagina un asesor fiscal que por el mismo precio que otro te ofrece más servicios y te resuelve más problemas, será más eficiente, aunque tu asesor habitual sea eficaz y te ofrezca soluciones.
Aclarados ambos conceptos te toca a ti tomar la mejor decisión para tu negocio y no te lo pienses mucho o no serás eficiente.
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